POMELO

 

POMELO

La Naturaleza, domesticada por la mano del hombre, nos ofrece valiosos cítricos: las dulces naranjas y mandarinas, los ácidos limones y los pomelos, con su particular deje amargo. Estos últimos tienen la forma de las naranjas (aunque son algo mayores, más achatados y su piel es más fina) y el color amarillo de los limones. Originarios, en principio, del sudeste asiático, su descubrimiento en el siglo XVIII, en la isla caribeña de Barbados, donde eran conocidos como la “fruta prohibida”, determinó su nombre, CitriJS paradisi, con que lo ha bautizado la ciencia. Su nombre inglés Grapefruit se debe a que, en los árboles donde crece, forma grandes racimos, como la uva (Grape) en las vides.

Los pomelos poseen propiedades salutíferas tanto o más importantes que las del resto de los cítricos. Ejercen un efecto protector frente a la los procesos de arteriosclerosis, al reducir los niveles de colesterol en sangre. Esto es debido, sobre todo, a su riqueza en pectinas (fibra soluble que se encuentra, principalmente, en la capa blanca que hay entre los gajos y debajo de la piel (albedo)).

Por otro lado, es destacable la presencia de un flavonoide (naringina de propiedades antioxidantes que hace la sangre más fluida (reduciendo el hematocrito, si está elevado, y el riesgo de trombosis (coagulación intravascular)). Efectos, ambos, potenciados por el contenido nada despreciable de vitamina C de esta fruta. Para conseguir estas acciones es necesario consumir los pomelos con su pulpa y parte del albedo, propiedades que se pierden si tomamos el zumo filtrado.

Mucho se ha hablado de la “cura de pomelo” para adelgazar (puesta de moda, en un principio, por actores de Hollywood). Esto es debido a su acción diurética y ligeramente laxante que ayuda a eliminar líquido y residuos acumulados, pero de “quemar grasas” nada de nada.

Los pomelos son una buena fruta “depurativa”, por todo lo dicho y por su contenido en limonoides, que activan determinadas enzimas hepáticas encargadas de neutralizar sustancias nocivas para el organismo. La combinación de limonoides, naringina, vitamina C y pectinas estimula las defensas y proporciona a esta fruta un buen efecto protector frente al cáncer.

Hay variedades de pomelos cuya pulpa es rosada: su sabor es más suave y contienen carotenoides que refuerzan su efecto antioxidante. Para terminar diremos que de las semillas del pomelo se obtiene un extracto que tiene propiedades antibióticas, y que ciertos medicamentos (antagonistas del calcio, ciclosporinas) ven potenciada su acción si se toma esta fruta, ya que inhibe la metabolización de tales medicamentos (consultar al médico).

Extraído: FRUTAS PARA LA SALUD ,FREDERIC VINYES, FLOR DE LOTO