KIWI

KIWI

(Actinidia deliciosa)

Es lo que dice ciencia: toma más vitamina C, si no sabes bien por qué te resfrías con frecuencia.

En Alemania he probado una pequeña baya llamada Stache/beere (uva espina). Posee un sabor insípido, el tamaño de un grano de uva y se halla cubierta de una piel de color parecido al del kiwi. De hecho, los kiwis (fruta originaria del Asia oriental) se llamaban originariamente uvas espinas chinas” y eran prácticamente desconocidos en Occidente. En el siglo XX, horticultores neozelandeses mejoraron su cultivo y en los años 50 empezaron a exportar esta fruta a América, con el nombre de kiwi por tener su piel un cierto parecido con la de una ave autóctona de aquel país. Hasta los años 70 no empezaron a conocerse, comercializarse y cultivarse en Europa.

Al kiwi le cabe el honor de ser la fruta fresca que aporta más vitaminas, antioxidantes, minerales y fibra, sin proporcionar, a la vez, muchas calorías. Es proverbial su elevado contenido en ácido fólico Y en vitamina C (casi el doble del de naranjas y limones).

Un solo kiwi cubre las necesidades diarias de esta importante vitamina. Sin ser una fruta grasa, como el aguacate o las aceitunas, también es rica en vitamina E y no es despreciable su aporte en vitaminas A, B1, B2, B6 y niacina. También es destacable su contenido en minerales oligoelementos (potasio, magnesio, hierro, fósforo, cobre). su riqueza en vitamina C, ácido fólico y cobre permiten que el hierro que aporta se absorba mejor y resulte un buen remedio para combatir las anemias por escasez de hierro.

Otra aportación importante del kiwi es la de fibra soluble (pectinas, mucílagos), superior a la de la mayoría de las frutas frescas. Contiene, además, diversos antioxidantes (clorofila, carotenos, luteína, etc., además de las vitaminas C y E, que también lo son) que hacen del kiwi una fruta excelente para combatir el envejecimiento celular y prevenir los trastornos cardiovasculares (arteriosclerosis) y el cáncer. La fibra soluble, además de ejercer un suave efecto laxante, reduce la absorción intestinal del colesterol y, los antioxidantes, previenen el depósito de este en las arterias. Además, según un estudio de la Universidad de Oslo (Noruega), la toma regular de kiwis ayuda a hacer la sangre más fluida y que disminuya el riesgo de trombosis.

Otra ventaja de tomar kiwis con frecuencia es que mejora la respuesta defensiva del organismo ante posibles infecciones y mejora la resistencia a la fatiga, tras la práctica de deporte u otro tipo de esfuerzo físico. Los kiwis contienen una enzima (actinidina) que disgrega las proteínas sobre las que contacta. De ahí que, aplicados sobre la carne, la ablande, impida que cuaje la gelatina y proporciona cierto sabor amargo a los productos lácteos, cuando se mezcla con ellos. Una vez recolectados, los kiwis maduran lentamente a temperatura ambiente y se conservan durante meses en la nevera, sin que pierdan apenas sus propiedades dietéticas.

Extraído: FRUTAS PARA LA SALUD ,FREDERIC VINYES, FLOR DE LOTO

HERBORISTERÍA XÀTIVA