LIMÓN
Si quieres tener piel fina ponte zumo de limón. También para las anginas es la mejor solución.
Todo el mundo conoce esta preciosa fruta de piel amarilla y brillante. Aunque la gran acidez de su pulpa no invite a su consumo directo, su zumo resulta muy apreciado por sus propiedades salutíferas y culinarias, como acompañante de otros alimentos, bebidas y preparaciones culinarias.
El limonero es originario del sudeste asiático. De su nombre primitivo oriental: Limao, Limung, deriva el árabe Limun y, de este, el castellano limón pues fueron precisamente los árabes quienes introdujeron esta fruta en el área mediterránea en la época medieval.
Una de las muchas ventajas del limonero es que da frutos varias veces al año y se conservan bien en el frigorífico, por lo que podemos disponer de limones durante todo el año. Aunque no tolera bien las heladas, necesita de días fríos mientras maduran, para poder adquirir su piel amarilla y no restar de color verde, como sucede con los cítricos procedentes de las zonas tropicales.
Es conocida la riqueza en vitamina C de todos los cítricos, en general. De ahí que sean un buen remedio para mejorar la respuesta defensiva del organismo. En los limones destaca también su alto contenido en ácidos orgánicos (ácido cítrico, sobre todo) que potencian la acción de la vitamina C y, con ello, la absorción de hierro que aportan otros vegetales (efecto antianémico), además de ejercer un probado efecto antiséptico local (aplicado en la piel y mucosas de la garganta (gargarismos)). Ácidos orgánicos que, curiosamente, actúan como alcalinizantes en nuestra sangre, lo que ayuda a neutralizar los residuos ácidos de nuestro metabolismo.
La pulpa y la piel de los limones contienen flavonoides (hesperidina, diosmina) que potencian el efecto antioxidante de la vitamina C, ejercen un efecto protector sobre los capilares sanguíneos, mejoran la elasticidad de las arterias y la circulación venosa, haciendo la sangre más fluida, protegiéndonos contra el peligro de trombosis, además de neutralizar a muchas sustancias cancerígenas que amenazan a nuestra salud. En la piel de los limones se encuentran diversos terpenos entre los que destaca el d-limoneno de claro efecto desintoxicante (efecto depurativo) y anticancerígeno.
De ahí la importancia que tiene usar a menudo zumo de limón y su piel rallada especialmente la parte externa amarilla, pues la parte blanca subyacente es amarga. Para ello es muy importante disponer de limones no tratados con sustancias químicas (fungicidas y otras usadas para darles un mejor aspecto externo). El zumo es ideal para aliñar salsas y ensaladas, y reducir, con ello, el consumo de sal que suele ser habitualmente excesivo. A diferencia de las naranjas, los limones son ligeramente astringentes. Esto, junto con su acción antiséptica, hacen del zumo de limón, más o menos diluido, una bebida idónea para combatir las diarreas por gastroenteritis.
Extraído: FRUTAS PARA LA SALUD ,FREDERIC VINYES, FLOR DE LOTO